Alba Torrens ha vuelto a casa, y no lo ha hecho con las manos vacías. La capitana de nuestra selección española femenina de baloncesto aterrizó en Mallorca con su medalla de plata del Eurobasket, un logro que, aunque no sea el oro que todos anhelaban, tiene un valor incalculable. Tras caer en los últimos instantes contra Bélgica, la emoción sigue fresca, pero ella asegura que se van con la cabeza bien alta.
Un camino lleno de esfuerzo
«Esta medalla ha costado mucho conseguirla», le decía Alba a su equipo, especialmente a las más jóvenes. Tras casi 48 horas desde esa final tan intensa, explicaba que ahora siente que la medalla sabe mejor. «Debemos estar orgullosas de lo logrado y de cómo lo hemos hecho como equipo», afirmaba con firmeza.
Y es que esta selección ha sabido mantenerse unida en un proceso de cambio generacional. Recordando el Eurobasket masculino del 2022, donde las cosas eran similares, comentaba: «La clave ha sido nuestro camino juntas hacia un objetivo común». Cada una aportó su granito de arena y eso es lo que realmente importa.
A pesar del desenlace desafortunado en el último segundo, Alba enfatizaba que esto es baloncesto. «Es un deporte donde todo puede cambiar al instante», decía con una sonrisa melancólica mientras recordaba ese momento decisivo. Pero no se quedarán atrapadas en ese instante; saben que lo verdaderamente valioso es el espíritu del equipo construido durante todo el torneo.
Aún sin decidir su futuro respecto a las ventanas FIBA o el Mundial 2026, Torrens asegura que tomará decisiones con calma. «Ahora quiero disfrutar este momento y ver qué retos se presentan». Lo cierto es que se siente bien física y mentalmente y quiere seguir jugando.