Alba Torrens, con lágrimas en los ojos y el corazón latiendo a mil por hora, vivió un momento que quedará grabado en su memoria. Al finalizar el partido de cuartos de final del Eurobasket contra la República Checa, no pudo contener la emoción. ¿Qué habría pasado si la historia hubiera sido diferente? Con 36 años en agosto y una carrera llena de logros, este podía haber sido su último encuentro con la selección absoluta.
Una victoria cargada de significado
Pero aquí estamos, celebrando un triunfo impresionante (88-81) que les lleva a enfrentarse a Francia en busca de una medalla que iguale o supere la plata obtenida hace dos años. Alba no solo aportó 14 puntos y 8 rebotes; su verdadera contribución fue su liderazgo y experiencia en los momentos decisivos del partido. España estuvo a remolque durante gran parte del encuentro, pero gracias a su esfuerzo colectivo lograron darle la vuelta al marcador.
Y cuando el pitido final sonó, allí estaba Alba, visiblemente emocionada como pocas veces se le ha visto. Junto a sus compañeras, celebraba una victoria que simboliza mucho más que un simple paso hacia las semifinales; es una declaración de intenciones y amor por el juego. Las imágenes que dejó para la historia reflejan todo lo que ha luchado por llegar hasta aquí.