En una tarde vibrante en el Palau Municipal d’Esports d’Inca, Miguel Méndez se mostró satisfecho tras la victoria de su equipo contra Grecia, un contundente 64-40. «Estos partidos son cruciales para evaluar cómo se desenvuelven las jugadoras en situaciones reales y con diferentes combinaciones», afirmó el seleccionador, quien no dejó que el marcador le hiciera bajar la guardia. «No podemos confiarnos; no sabemos a qué ritmo iban ellas ni qué jugadoras faltaban», insistió.
La energía del equipo es clave
Méndez destacó la buena energía que se respiraba en el equipo, algo esencial para construir lo que él llama una selección “muy chula”. Mirando hacia adelante, ya tiene en mente el próximo desafío contra Italia: «Será otro entrenamiento para nosotros. Ellas son un rival fuerte y luchador, así que este partido nos permitirá medir dónde estamos realmente». Por su parte, Helena Pueyo compartió su entusiasmo por jugar de nuevo en casa después de tanto tiempo. «Ver a amigos y familia aquí es muy especial. No solo para mí, sino también para las compañeras». Aunque reconoció que hay detalles que mejorar y notó el cansancio acumulado tras una semana intensa de entrenamientos.
La química del grupo parece fluir sin esfuerzo: «Parece que llevamos juntas mucho tiempo. Al final, al ser jóvenes todas, solo hay ganas e ilusión por mostrar nuestro juego». Con la mirada puesta en Italia, Pueyo concluyó: «Afrontamos ese partido con la misma mentalidad; nada está garantizado y debemos trabajar los aspectos que hoy no han salido como esperábamos».