La emoción estaba a flor de piel cuando el Fibwi Palma se enfrentó al Lobe Huesca en la ida de las semifinales del playoff de ascenso a Primera FEB. El marcador, 68-65, refleja una batalla intensa que deja todo abierto para el partido de vuelta en Son Moix. Ahí, ante su afición, tendrán la oportunidad de cambiar la historia.
Un inicio titubeante pero lleno de esperanza
El encuentro comenzó con un parcial de 6-2 favorable a los locales, que metían triples como si no hubiera un mañana. Pero los mallorquines no se dejaron amedrentar y tras un arranque algo dubitativo lograron ponerse 12-7 arriba. Poco a poco, con paciencia y juego en equipo, cerraron el primer cuarto 16-18.
El segundo cuarto arrancó con Franco Miller sumando puntos rápidos y poniendo al Fibwi Palma en una situación más cómoda (16-23). Sin embargo, los minutos transcurrieron sin que ninguno lograra anotar con claridad hasta que Brian Vázquez empezó a brillar y marcó la diferencia: 20-31 para los isleños. Aunque entraron al descanso con un margen todavía favorable (29-36), nadie podía prever lo que vendría después.
En el tercer cuarto empezaron las dudas para el Fibwi Palma; encajaron un parcial de 7-0 que dejó todo empatado a 36. Pero ahí estaban casi cien aficionados apoyando desde las gradas, animando sin parar. La igualdad era palpable: ambos equipos jugaban al límite y llegamos al final del tercer cuarto con un ajustado 47-53.
Ya en el último cuarto, Lucas Giovannetti aparecía para sumar más puntos (49-55) pero la tensión aumentaba. Cada canasta se celebraba como si fuera una victoria. Un triple local obligó a Pablo Cano a pedir tiempo muerto cuando la ventaja apenas era de uno (57-60). A falta de un minuto, todo estaba apretado; aunque Jorge Martínez hizo lo posible para acercar aún más el marcador (66-65), una falta crucial dejó el resultado final en 68-65.
Aunque este primer capítulo lo ganó Huesca, la historia está lejos de terminar. En Son Moix esperan darlo todo por alcanzar esa ansiada plaza en Primera FEB.