La historia de Gaby Ocete, una de las mejores bases que ha visto el baloncesto español, llega a su fin. A sus 37 años, después de un camino de más de 25 años en la cancha, ha decidido colgar las botas. Su trayectoria es un compendio de esfuerzo, pasión y grandes logros que han marcado la historia del baloncesto en Baleares.
Desde sus inicios en Sant Josep Obrer hasta convertirse en una figura emblemática dentro del deporte femenino, Gaby ha vivido momentos inolvidables. Junto a figuras como Alba Torrens, formó parte de aquella primera generación dorada que arrasó en los campeonatos europeos sub-16 y sub-18. Pero no solo se quedó ahí; su talento brilló con luz propia al ser reconocida como la mejor base del Europeo Sub-20 en 2008.
Una carrera llena de éxitos
Debutando en la Liga Femenina 2 con el Jovent y posteriormente alcanzando la gloria con Rivas, donde levantó el título nacional en 2014, Gaby siempre ha sabido encontrar su lugar. Tras regresar a Mallorca para ayudar al Joventut Mariana a ascender a la máxima categoría, siguió su aventura por Europa con equipos como Tarbes y Rivas nuevamente. Cada paso que dio fue una muestra más de su dedicación y amor por el juego.
En sus propias palabras: “Después de 25 años con una pelota en las manos cuelgo las botas. Sigo sin saber muy bien qué decir, conteniendo el aliento, pero ha llegado el momento. Me voy muy feliz y con el corazón lleno. Gracias”. Estas palabras resuenan entre quienes han tenido la suerte de seguir su carrera; ella deja atrás no solo un legado deportivo sino también un ejemplo para futuras generaciones.
A pesar de no haber tenido esa llamada definitiva a la selección absoluta, Gaby Ocete deja una huella imborrable en cada rincón donde ha jugado. Con su carisma y liderazgo, se convierte en un referente indiscutible para muchas jugadoras que vendrán detrás. Su despedida marca el final de una era pero también invita a recordar todo lo que nos ha regalado este deporte gracias a ella.