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El ambiente estaba cargado de emoción cuando las jugadoras del Azulmarino se enfrentaron a La Salle Melilla. Y vaya si supieron dar la talla. Con un marcador final de 68-54, el triunfo se convirtió en una fiesta que desbordó alegría y euforia entre los aficionados.
Un partido para recordar
Cada punto fue una celebración. Las jugadoras, llenas de energía y determinación, demostraron que no solo están allí para jugar, sino para dejar huella. La alegría en sus rostros al concluir el encuentro reflejaba el esfuerzo y la dedicación que pusieron en cada jugada. Un verdadero espectáculo deportivo que nos recuerda lo que significa luchar hasta el final.