En el emocionante universo del baloncesto, el Cáceres Patrimonio de la Humanidad se prepara para enfrentarse al Palmer Basket Mallorca Palma. Este conjunto extremeño ha demostrado ser un verdadero ejemplo de regularidad en su grupo, acumulando 16 victorias y 10 derrotas. Liderados por Adrià Alonso, los cacereños han mostrado una fiabilidad impresionante a lo largo de la temporada.
Una defensa impenetrable y un juego inteligente
Si hay algo que destaca en el Cáceres es su capacidad defensiva; son los que menos puntos permiten en su conferencia, con solo 72,4 puntos por partido. Esto no es casualidad: sus jugadores han construido una muralla difícil de superar. Con un promedio de 2,8 tapones por encuentro, ocupan el tercer lugar en esta categoría. Pero lo mejor no termina ahí: la serenidad con la que manejan los partidos les convierte en un rival formidable.
Las claves de su juego ofensivo recaen sobre Óscar Alvarado y Daniel Rodríguez, quienes saben cómo mover las piezas en la cancha. Alvarado reparte unas impresionantes 5,3 asistencias por partido, mientras que Rodríguez aporta su granito con tres pases que terminan en canasta. Gracias a ellos, son el cuarto equipo que menos pérdidas comete; aquí no se tira nada a la basura.
Aunque disfrutan de menos posesiones (solo 70,1 ataques) comparados con otros equipos de la Segunda FEB, esto les permite centrarse en hacer cada jugada significativa. La calidad prima sobre la cantidad, y lo están aprovechando al máximo. Además, lideran los porcentajes de tiros libres con un notable 75,1%, donde varios jugadores superan el 80% e incluso Dani Rodríguez roza el 90%.
Nadie puede ignorar a sus principales artilleros: Nico Rakoevi, quien aporta 11 puntos por encuentro, y el escolta estadounidense JaMonta Black, sumando también más de 10 puntos por partido desde larga distancia. Y no podemos olvidar a Edu Gatell y Pedro García en los rebotes; estos chicos saben cómo hacerse notar bajo el aro.
A medida que nos acercamos al duelo contra Palma, queda claro que este equipo tiene mucho más que ofrecer. Su combinación única de inteligencia táctica y control emocional promete dar mucho espectáculo.