En una charla íntima en el Castillo Hotel de Son Vida, Rudy Fernández recordó su trayectoria deportiva, desde sus primeros pasos hasta su próxima retirada en los Juegos Olímpicos de París 2024. Durante este coloquio, no pudo evitar hablar sobre la situación actual del Palmer Basket, que se encuentra en Segunda FEB, y del Azulmarino, que compite en la Liga Femenina Challenge. Rudy se mostró optimista al respecto: «Los proyectos están en una buena dinámica y en buenas manos. Ojalá si algún día me necesitan, pueda ayudarles a dar un paso más. Siempre he dicho que esta isla es mi referente, mi casa, y siempre estaré aquí para lo que haga falta».
A pesar de ser un referente en el baloncesto español, Rudy lamentó que Mallorca nunca haya tenido un equipo en la primera división. Recordó con nostalgia cuando jugaba en Menorca y sentía «una sana envidia» al ver equipos isleños competir al más alto nivel: «Me encantaría ver a equipos mallorquines lo más arriba posible», afirmó con fervor.
Un futuro incierto pero prometedor
Además, habló sobre su posible incursión como entrenador tras casi un año de su retirada con la Selección Española. Aunque muchos lo ven dirigiendo un equipo, Rudy dejó claro que eso no es lo que busca: «No me gustaría volver a esa rutina; sería contradecir el motivo de mi retirada. En cambio, sí me veo trabajando en una oficina; estoy estudiando y formándome para algo más ejecutivo».
Otro tema candente fue la unión entre la NBA y la Euroliga. Con entusiasmo expresó su admiración por ambas ligas: «He vivido las dos y tienen mucho respeto entre sí. La Euroliga está creando competiciones muy atractivas para los aficionados y todos sabemos la repercusión mundial de la NBA. Será interesante ver cómo evolucionan estas colaboraciones». Con cada palabra, Rudy demuestra su amor por el baloncesto y su deseo de ver crecer este deporte en su tierra.