Volver a casa siempre tiene un sabor especial, y este domingo el Fibwi Palma lo vivió de una manera grandiosa. En un emocionante encuentro en Son Moix, se impusieron al Sol Gironés Bisbal Basquet por 85-72, dejando claro que la victoria era el único objetivo. Aunque los primeros dos cuartos estuvieron muy reñidos, el ambiente en la cancha era eléctrico y todos estábamos al borde de nuestros asientos.
Un partido de altibajos
El primer cuarto comenzó con el equipo visitante tomando la delantera, terminando 16-18 gracias a su sólido juego interior y defensa rigurosa. Pero los nuestros, tras un mes y medio sin jugar en casa, no estaban dispuestos a dejarse intimidar. En el segundo cuarto, bajo la dirección de Pablo Cano, comenzaron a apretar: con posesiones largas y una defensa que dejaba huella, lograron despegarse hasta ocho puntos. Sin embargo, los chicos del Sol Gironés no se rindieron tan fácilmente y llegaron incluso a ponerse por delante antes de que Sidney Correia cerrara el primer tiempo colocando el marcador en 39-38 para los locales.
La segunda mitad fue pura emoción; ambos equipos luchaban codo a codo hasta que Franco Miller comenzó a encadenar triples como si fueran caramelos. Con esa energía contagiosa, la ventaja llegó casi hasta los 20 puntos. El Fibwi se veía fuerte y unido, destacando cada jugador en su papel mientras Miller brillaba con sus 18 puntos. La afición no podía pedir más.
A medida que avanzaban los últimos diez minutos del partido, la diferencia aumentó gracias a un Bryan Vázquez letal desde la línea de tres. A pesar de que los visitantes intentaron recortar distancias acercándose hasta casi diez puntos, ya era demasiado tarde; la victoria estaba sellada y celebrada entre aplausos.