En el corazón de la Segunda Federación, Javi Poves, entrenador del AD El Moscardó, ha dejado claro que se avecinan cambios significativos en su equipo. En una charla con MARCA, desveló sus planes para esta Navidad y no se ha andado con rodeos: «Todo el equipo no, pero por lo menos la mitad sí saldrá». Un mensaje directo que habla de la necesidad de una reestructuración profunda.
Cambios necesarios para la salvación
Poves se siente avergonzado por el rendimiento de algunos de sus jugadores y no ha dudado en señalar a siete que podrían estar en la cuerda floja. Afirmó sin tapujos: «Estoy abochornado». La situación actual del club, marcada por resultados decepcionantes y problemas económicos, obliga al técnico a tomar decisiones difíciles. Pero lejos de ser un mero acto de echar a gente, busca facilitar salidas cuando ambas partes sienten que es hora de cerrar capítulos.
El entrenador sostiene que forzar continuidades solo lleva al estancamiento. «Tengo tanta sensibilidad hacia los jugadores que nunca he echado a mi equipo», dice Poves, quien cree firmemente que lo mejor para todos es encontrar nuevos caminos. Y aunque hay futbolistas a quienes aún no se les ha planteado una salida directa, dejó claro: cualquier jugador puede marcharse si hay un acuerdo beneficioso.
Pese al revuelo que causan sus palabras, el objetivo final sigue siendo claro: cuidar del futuro del club. «A veces se gana y otras se pierde», reflexiona Poves sobre los altibajos del Moscardó en los últimos años. Sin embargo, ahora más que nunca es crucial centrarse en evitar comprometer la economía del próximo año.
Poves anticipa una reestructuración amplia y reconoce que su comunicación interna ya ha comenzado a dar frutos. Aunque todavía no hay movimientos concretos sobre la mesa, menciona que hasta la mitad del equipo podría cambiarse pronto. Y aunque esto puede parecer drástico, es un paso necesario para ajustar las cosas antes de que sea demasiado tarde.
Sabedores de que varios futbolistas tienen mercado e interés por otros equipos, el entrenador concluye afirmando: «Cuanto mejor salgan los jugadores, mejor será para ellos». Es un momento decisivo donde cada decisión cuenta para asegurar tanto el equilibrio del proyecto como el bienestar individual de los futbolistas involucrados.

