En la madrugada del lunes, las calles de Sóller se convirtieron en escenario de una historia que nos recuerda lo impredecible de la vida. Dos motoristas, una joven española de 18 años y un chico argelino de 19, decidieron arriesgarlo todo tras robar en dos restaurantes. Se llevaron botellas de alcohol, tabaco y hasta algunos aparatos electrónicos. Pero lo que parecía un plan sin fisuras terminó mal, muy mal.
Una persecución digna de película
Todo comenzó cuando sonó la alarma en uno de esos restaurantes ‘sollerics’. La Guardia Civil recibió el aviso y se lanzó a la calle. En su camino, avistaron a varias motos. Dos de ellas, al ver a los agentes, cambiaron el rumbo como si fueran aves espantadas. Y así empezó la persecución.
En un giro inesperado, uno de los motoristas perdió el control y chocó contra el guardarraíl. Fue un golpe duro y ambos cayeron al suelo. Los agentes no tardaron en llegar para atenderles y se dieron cuenta rápidamente de que llevaban consigo varios objetos robados: entre ellos, esas botellas que bien podrían haber celebrado otra noche cualquiera.
Aún hay más: esa moto también era robada, con una denuncia activa en la Policía Nacional. Pero el drama no acaba aquí; nuestro joven conductor tenía sobre sus espaldas una orden de búsqueda por otro robo ocurrido en Alcúdia. ¿Acaso pensaron que esto no les pasaría factura?
Al final del día, estos dos chicos fueron arrestados por varios delitos: el robo relacionado con la motocicleta y otros dos delitos por los asaltos a los restaurantes. Una noche que comenzó con adrenalina y emoción acabó convertida en un viaje directo hacia las manos de la justicia.

