Este miércoles, la sala del Ajuntament de Palma fue el escenario de una rueda de prensa que no dejó a nadie indiferente. Los técnicos Urbano Sánchez y Elisabeth Sintes se pusieron ante los micrófonos para explicar por qué la plaza de Llorenç Villalonga tuvo que decir adiós a sus 18 ejemplares de bellasombra, cuyas condiciones eran preocupantes, para ser sinceros. Antes de entrar en detalles técnicos, la regidora Belén Soto hizo un llamamiento a la transparencia, aludiendo a las críticas sobre la opacidad con la que se había manejado el tema.
Un proceso complicado y lleno de riesgos
Sintes detalló que estos árboles habían recibido todos los tratamientos posibles, pero al final, la realidad es dura: estaban llenos de podredumbres y heridas profundas. La situación era insostenible. «Casi todos presentan los mismos problemas», comentó resignada. Y claro, vivir en una ciudad tiene sus complicaciones; los árboles no están aislados en el campo. Están expuestos a perros, vehículos e incluso ratas –sí, ratas– lo que complica aún más su supervivencia.
Para ilustrar el peligro inminente, Sánchez mostró imágenes tomadas con Google Maps donde se veían transeúntes y coches circulando por ahí. Es un riesgo latente: «Cada vez que hay alerta meteorológica, tenemos que cerrar esta plaza», resaltó con preocupación tras mencionar que este año ya hemos tenido diez episodios así. La experiencia acumulada durante sus 30 años en el sector le lleva a criticar cómo ha cambiado todo debido al clima.
Aparte del desgaste natural de estos bellasombras –que son originarios de Uruguay y Brasil– también se señala su fragilidad estructural como un factor clave para su pronta decadencia. Según los expertos, su esperanza de vida rara vez supera los 50 años; pasados esos límites, simplemente se convierten en un riesgo mayor.
Aunque es triste perder árboles tan emblemáticos, desde el Ajuntament han tomado cartas en el asunto y planean replantar con 20 nuevos ejemplares: seis moreras, cuatro encinas… Un nuevo comienzo con una inversión cercana a los 65.000 euros y previsto terminar para febrero próximo. Así es como avanzamos entre lo viejo y lo nuevo en nuestra ciudad.

