La historia de Roy Marsh, un jubilado de 86 años, ha dejado a muchos boquiabiertos. Este hombre, que solo quería disfrutar de un día en el parque de Skegness, se encontró en medio de una situación surrealista. Todo sucedió cuando una ráfaga de viento decidió jugarle una broma y le metió una hoja en la boca. Al escupirla, sin quererlo, se ganó una multa por ‘tirar basura’.
La indignación de su familia
Roy intentó explicar a los agentes que no estaba tirando nada al suelo; simplemente se deshacía de lo que había entrado en su boca. Pero nada hizo cambiar la postura de los policías. «Mientras estaba sentado en un banco, me metió la hoja y justo al levantarme, me dijeron que había infringido la norma», relata con tristeza.
Su hija Jane no pudo contener su enfado al ver cómo trataron a su padre. «Él tiene problemas serios de salud; logró toser y escupir la hoja y vino un agente muy grosero a ponerle la multa. Intentó explicarle lo sucedido, pero ni caso». La publicación en Facebook se volvió viral rápidamente y generó un gran debate sobre si realmente estos agentes están aplicando las normas con demasiado rigor.
Adrian Findley, concejal del condado, también se pronunció al respecto: «Si alguien viene aquí de vacaciones y le ponen una multa así, no querrá volver». Y es que todos coincidimos en algo: hay formas más sensatas de hacer cumplir las leyes sin llegar a este extremo absurdo.

