En el corazón de Palma, una inquietante realidad está sacudiendo a los vecinos del Capitol. La falta de respeto hacia nuestro mobiliario urbano se ha convertido en una preocupante epidemia. A pesar de los esfuerzos de Emaya y otras entidades vinculadas al Ayuntamiento, las imágenes de vandalismo siguen proliferando. Un claro ejemplo es esa mesa en forma de tablero de ajedrez en la plaza Alexander Fleming, justo al lado del parque infantil. No sólo es un lugar para jugar; representa un pedazo de historia que ha visto pasar generaciones.
Un legado maltratado
Las pintadas sobre el tablero no solo estropean la estética del lugar; provocan la indignación de quienes viven y disfrutan del barrio. “¿Qué quieren conseguir con esto?”, se preguntan muchos al ver esas marcas despectivas que deslucen un espacio que solía ser hogar de risas infantiles y juegos familiares. Un jubilado habitual del área expresa su frustración: “Hay cosas mejores que hacer que pintar esta mesa”. Su deseo, como el de muchos, es poder sorprender al autor en plena acción, enfrentándose a esa falta total de consideración por lo público.
El problema va más allá de una simple mesa dañada; es un reflejo alarmante del desprecio por lo comunitario. En ese rincón del barrio Arxiduc, también se observan restos desagradables como orina en espacios deportivos o suciedad acumulada alrededor. Las campañas para concienciar a los ciudadanos o la presencia constante de Parcs i Jardins parecen no ser suficientes para frenar estas actitudes incívicas.

