El Tribunal Supremo de Brasil ha puesto fin a una historia oscura que parecía no tener final. En un giro de acontecimientos inesperado, 29 de los 31 acusados por la trama golpista que intentó mantener a Jair Bolsonaro en el poder han sido condenados. Este proceso, que muchos esperaban se quedara en el aire, ha culminado con penas que superan los 500 años de prisión. Y entre todos ellos, Bolsonaro es el que más lo siente, con una sentencia que asciende a 27 años, cumpliendo ya su condena en un centro de detención en Brasilia.
Un cierre histórico y polémico
Las audiencias recientes han sido intensas y llenas de emociones. Tras meses de juicios, el núcleo central del caso ha visto caer sentencias severas sobre sus miembros. Aunque algunos siguen fugados o buscan maneras legales para evadir las consecuencias, como Alexandre Ramagem, exjefe de inteligencia brasileña.
Las penas impuestas no han sido ninguna broma; se les acusa de organizar un golpe de Estado y por delitos tan graves como la abolición violenta del Estado de derecho. Entre quienes comparten esta amarga suerte están exministros como Walter Braga Netto y Paulo Sergio Nogueira. Pero lo curioso es que algunos condenados podrán solicitar medidas más benévolas tras cumplir solo unos pocos años. Por ejemplo, Bolsonaro podría aspirar a arresto domiciliario después de siete años.
No obstante, esto no acaba aquí; otros bloques vinculados al caso aún tienen recursos pendientes y sus respectivos juicios podrían dar sorpresas adicionales en el futuro. ¿Quién diría que los altos mandos militares estarían implicados hasta tal punto? Algunos enfrentan penas entre 16 y 24 años, mientras se investigan casos paralelos como el relacionado con la desinformación sobre las elecciones.
A medida que avanzamos hacia nuevas elecciones en 2026, queda claro que este capítulo marca un antes y un después en la historia democrática del país. La sombra del extremismo todavía acecha y las aspiraciones por una amnistía son reales entre los seguidores fervientes de Bolsonaro. El camino hacia la justicia parece aún complicado y lleno de obstáculos.

