La historia del Palmer Basket Mallorca ha dado un giro inesperado. Lucas Victoriano, el entrenador argentino que apenas había comenzado su aventura en la Isla, ha sido cesado tras una derrota que hará temblar los cimientos del club: un contundente 45-115 ante uno de los grandes de la liga. Este resultado no solo es preocupante, sino que se convierte en la derrota más abultada en la historia de la Primera FEB. Un golpe durísimo para un equipo que apenas ha tenido tiempo de asentarse.
Con solo una victoria –la conseguida contra el Cartagena– y cinco derrotas a sus espaldas, el legado de Victoriano se siente más como un eco lejano que como un nuevo comienzo. La directiva, liderada por Vicenç Palmer, ya no podía hacer oídos sordos a la situación. El equipo, que ahora cierra la clasificación con dos triunfos y diez derrotas, está atravesando un verdadero desierto en esta primera temporada en la segunda categoría del baloncesto español.
Nuevos horizontes para el equipo
A medida que se acercan al derbi isleño del próximo 28 de diciembre contra el Fibwi Palma, surgen nuevas opciones sobre quién podría tomar las riendas del equipo. Nombres como Pablo Rosado, quien fue clave en el primer triunfo de esta temporada ante Hestia Menorca, empiezan a sonar entre los pasillos del club. También están sobre la mesa otros entrenadores locales como Álex Pérez y Curro Segura.
No cabe duda de que esta montaña rusa emocional ha marcado a todos: jugadores y aficionados están ansiosos por ver qué rumbo tomará el equipo tras este nuevo cambio. El baloncesto es así; impredecible pero siempre apasionante.

