El pasado 18 de diciembre, la Thomaskirche de Palma se transformó en un auténtico templo musical. La Orquestra Simfònica de Balears, acompañada por los solistas vocales de la Capella de la Seu, bajo la dirección del apasionado Pablo Mielgo, nos ofreció una antología del fascinante Oratorio de Navidad de Bach. Una obra que, aunque compuesta hace casi tres siglos, sigue emocionando y conectando con nuestras tradiciones navideñas.
Bach: el genio detrás del Oratorio
Bach creó esta obra monumental como un regalo para las celebraciones litúrgicas entre 1734 y 1735. Y es que en su época, Leipzig contaba con dos iglesias muy importantes: la Thomaskirche, donde él trabajaba y vivía, y la Nikolauskirche. En esta última se decidían cuestiones religiosas cruciales para la ciudad. Así que no era tarea fácil para Bach componer cantatas cada domingo y festividad importante; ¡imagina el esfuerzo! Pero fue precisamente ese trabajo arduo lo que dio lugar a más de doscientas cantatas que forman parte del legado musical más significativo.
Bach no solo reciclaba sus propias partituras; también adaptaba corales conocidos para hacer accesible su música a todos los fieles. La genialidad estaba en ofrecer melodías que resonaran con facilidad en las voces del público asistente.
Aquel día, el altar de nuestra Catedral se llenó con los ecos vibrantes de las piezas seleccionadas por Mielgo. Su interpretación fue ágil y moderna, mientras dejaba espacio para que los instrumentistas brillaran junto a las voces en un formato íntimo pero potente. Los músicos dieron lo mejor de sí mismos; ¡qué lujo contar con talentos tan excepcionales!
No podemos olvidar a nuestros cuatro solistas: Irene Mas (soprano), Rafael Quirant (contratenor), Bryan López (tenor) y Tomeu Bibiloni (barítono). Con una técnica impecable y una conexión palpable entre ellos, lograron transmitir toda la emoción contenida en cada nota.
Y qué decir del coro: ¡un verdadero espectáculo! Bajo las órdenes del siempre competente Joan Company, esas veinte voces sonaron como un reloj suizo, mostrando cada vez más solidez con cada aparición. Era difícil no dejarse llevar por esa energía colectiva.
A medida que disfrutábamos del concierto, me surgía una pregunta: ¿por qué no ofrecer el Oratorio de Navidad completo? Al igual que sucede con el Mesías de Händel… Dejo este interrogante flotando en el aire para quienes programan estos eventos; quizás sea hora de pensar en grande.

