En el bullicio de la planificación urbana de Palma, surgen proyectos que prometen transformar el paisaje de nuestra querida ciudad. El área de Urbanisme ha comenzado a recibir las propuestas para los Proyectos Residenciales Especiales (PRE), y entre ellas destacan Son Güells y Son Puigdorfila. Pero no nos engañemos, esto no es solo un mero trámite administrativo; es un cambio que podría impactar profundamente en nuestras vidas.
Más viviendas, más dudas
La historia se va desvelando poco a poco. Por ejemplo, en el caso de Son Güells, lo que se había imaginado en el Plan General de 2023 ya no parece suficiente. Ahora hay un nuevo proyecto sobre la mesa que podría cambiarlo todo. ¿Y qué hay del crecimiento en Son Cladera? Ahí también hay movimientos: la Junta de Compensación ya ha hecho su aparición entre los propietarios, marcando el inicio del proceso hacia una urbanización que promete ser controvertida.
Por otro lado, Son Puigdorfila trae consigo una superficie notable de 145.680 metros cuadrados. Inicialmente se contemplaban 365 viviendas según el Plan General, pero gracias al PRE podríamos ver hasta 542 viviendas. Esto significa pasar de unos predecibles 912 habitantes a casi 1.355. Aunque todavía estamos lejos del máximo permitido por la ley actual, está claro que estos cambios generan tanto expectativas como preocupaciones.
Aún así, no todo son números fríos; dentro del desarrollo también se han proyectado espacios verdes y equipamientos deportivos significativos. Si bien inicialmente estaban previstos 45.000 metros cuadrados destinados a zonas verdes, ahora se plantea una reducción a 37.900 metros cuadrados, lo que resulta en menos espacio por habitante. Esta es otra muestra clara del impacto real que estos desarrollos tendrán en nuestra calidad de vida.
No podemos olvidar mencionar la polémica alrededor de Son Güells; este proyecto ya ha levantado un sinfín de críticas entre los vecinos cercanos por sus enormes diferencias con lo previsto inicialmente: ¡de 5.600 habitantes a más de 7.700!. Y sí, las viviendas también aumentan considerablemente: pasamos de unas 2.200 previstas a más de 3.000.
A medida que avanzamos hacia esta nueva era urbanística en Palma, todos nos preguntamos: ¿realmente estamos preparados para este cambio? Los desafíos están servidos sobre la mesa y somos nosotros quienes debemos asegurarnos de que no tiren nuestro entorno a la basura por unas pocas viviendas más.

