La noticia nos golpea con fuerza, recordándonos que tras las olas del Mediterráneo se esconden historias trágicas. La Guàrdia Civil ha llevado a cabo el rescate de doscuerpos en la costa cercana a Cabrera, un hecho que vuelve a poner sobre la mesa el drama de los migrantes que buscan una vida mejor y acaban pagando el precio más alto.
Un eco del sufrimiento ajeno
¿Qué pasaría si esos fallecidos fueran abuelas inglesas intentando llegar a las Islas? Nos lo preguntamos porque hay una inquietante desigualdad en cómo percibimos estas tragedias. A menudo, miramos hacia otro lado ante el sufrimiento ajeno, pero cuando se trata de quienes arriesgan todo por un futuro, no podemos permitirnos ignorar la realidad. Este suceso es solo uno más en una serie interminable de dramas que suceden a diario.
Cabrera, aunque hermosa, también es testigo mudo de este dolor. Mientras algunos disfrutan de sus playas paradisíacas, otros luchan por sobrevivir en aguas traicioneras. Es hora de abrir los ojos y dejar de ver estos episodios como algo lejano; son parte de nuestra comunidad global.

