La reciente proclamación de Xisco Fanals como presidente de la Federación Balear de Montañismo y Escalada, tras un proceso electoral lleno de controversias, marca un nuevo capítulo en el deporte balear. Al mismo tiempo, Toni Turrión asume las riendas de la territorial de Orientación, una federación que estaba al borde del abismo pero que ha logrado resurgir gracias a la unión entre clubes, deportistas y el Govern. Este es el cierre del largo calendario electoral en las federaciones deportivas de Baleares, que comenzó con retraso en este año olímpico 2024.
Nuevas caras y cambios necesarios
Este revuelo llega tras la implementación de la nueva Llei de l’Activitat Física i l’Esport, vigente desde 2023. Sin embargo, no todo ha ido sobre ruedas; la Federación Balear de Salvamento y Socorrismo aún se encuentra atrapada en este laberinto administrativo. En total, cerca de medio centenar de entidades están en esta misma situación.
Entre las novedades más destacadas está el hockey hierba, que finalmente se pone en marcha con Toni Roca al mando después de tres años llenos de gestiones. En total, diecinueve federaciones han cambiado su presidencia; algunas son verdaderos pesos pesados del deporte isleño. El fútbol no es una excepción: Jordi Horrach inicia su primer mandato completo al frente del equipo con sede en Son Malferit.
Otros deportes importantes también presentan nuevas caras: Juan Pedro Cerrato (ajedrez), Juan Carlos Mena (balonmano), y hasta nuestra querida olímpica Bet Salom (gimnasia), entre muchos otros. Todos ellos llegan a sus cargos con ganas e ilusión para aportar su granito de arena a nuestras comunidades deportivas.
No obstante, hay quienes repiten: nombres como Sebastià Rico, quien lleva desde 1984 presidiendo la federación balear de patinaje –aunque ahora esté esperando un proceso judicial– o Manuel González Pando, que lleva dominando la motonáutica desde 1985. El ciclismo también recibe aire fresco con Toni Bauzá, así como los mundos del boxeo y caza con nuevos presidentes listos para hacer historia.
A medida que avanzamos hacia el futuro deportivo, queda claro que estos cambios son esenciales para revitalizar nuestras federaciones y fomentar un ambiente más participativo y dinámico. La comunidad deportiva balear está lista para dar lo mejor; solo falta ver cómo se desarrollan estos nuevos liderazgos.

