En un giro que ha dejado a muchos sorprendidos, el Consell de Mallorca ha decidido aplazar la adjudicación de nuevas plazas turísticas. ¿La razón? Quieren evitar esos molestos errores técnicos que suelen surgir en estos procesos. Y es que, con el turismo siendo el motor económico de las Islas, cualquier tropiezo puede ser un gran golpe.
¿Qué pasará con nuestro turismo?
No podemos dejar de preguntarnos: ¿qué sería de nuestra querida Mallorca sin el turismo? Las cifras son abrumadoras; hasta octubre, hemos recibido más de 15 millones de turistas, lo que representa un aumento del 2.5% respecto al año anterior. Pero mientras todos celebramos estas cifras, también tenemos que cuestionar hasta qué punto estamos permitiendo que este monocultivo turístico defina nuestras vidas.
Aún recordamos cómo Airbnb eliminó 4.400 anuncios de alquileres turísticos ilegales en la isla hace poco. Esto es una señal clara: no todo vale en nombre del turismo. Los residentes están cansados y exigen cambios reales y sostenibles en nuestras políticas turísticas.
Parece que los tiempos están cambiando y debemos estar atentos a lo que suceda a partir de ahora. La pregunta es: ¿estamos listos para adaptarnos y encontrar un equilibrio entre la prosperidad económica y el bienestar comunitario? Solo el tiempo lo dirá.

