La reciente eliminación del Mallorca en la Copa del Rey ante el Deportivo de La Coruña ha dejado muchas interrogantes flotando en el aire. Jagoba Arrasate, entrenador del equipo bermellón, se vio obligado a realizar los cinco cambios permitidos durante el partido, no por estrategia, sino por las molestias y la fatiga de sus jugadores. Esto nos lleva a reflexionar sobre la preparación física del equipo, que parece estar en entredicho.
Cambios sin efecto y preocupaciones crecientes
Mientras que el Deportivo logró revitalizar su juego con sustituciones efectivas, los cambios en el Mallorca apenas hicieron mella. Solo uno de ellos, Jan Virgili, aportó algo diferente al campo. ¡Y eso fue ya en el minuto 82! Con tres cambios defensivos obligados debido a lesiones y cansancio, es difícil esperar un impacto positivo en el marcador.
La realidad es inquietante: ¿qué está pasando con la resistencia física de nuestros futbolistas? No solo se trató de un mal día; las estadísticas son claras. Según datos de DAZN, somos el equipo que menos corre de toda la Liga y nuestras cifras en esfuerzos intensos son alarmantes. Es como si estuviéramos viendo una película donde los protagonistas no pueden seguir el ritmo.
Parece que algunos jugadores simplemente no tienen el fondo físico necesario para aguantar 90 minutos contra rivales de menor categoría. Y eso duele porque nos recuerda que incluso cuando hemos tenido oportunidades para demostrar nuestro potencial, fallamos al último momento. La situación es aún más grave si consideramos que hay más tiempo para recuperarse entre partidos ahora que tenemos cinco cambios disponibles.
La próxima cita frente al Valencia se presenta crucial y los debates sobre si Arrasate debería haber alineado a sus mejores hombres contra un rival inferior están más vivos que nunca. ¿Deberíamos haber arriesgado más para avanzar? El tiempo lo dirá, pero por ahora seguimos sin respuestas mientras miramos hacia adelante con esperanza.

