La Navidad, ese momento del año que invita a la reflexión y a la alegría, también ha encontrado su camino hasta el corazón de la cárcel de Palma. A pesar del entorno complicado y las historias que permanecen tras esos muros, tanto internos como trabajadores están haciendo lo posible por celebrar estas fechas tan señaladas.
Una estrella brillante en medio de la adversidad
En la parte exterior del centro penitenciario, esa parte restringida pero visible desde la carretera de Sóller, se ha instalado una estrella navideña que brilla cada noche. Hecha con cariño por el personal de mantenimiento, esta simple decoración es un recordatorio luminoso de que hay espacio para la esperanza incluso en los lugares más inesperados.
No muy lejos de allí, un árbol adornado con bolas y lazos alegra el paisaje. Este árbol no es solo un adorno; lleva consigo el esfuerzo colectivo de un grupo de internos bajo un régimen especial. Junto a una funcionaria dedicada al cuidado de los jardines interiores, han trabajado juntos para crear este ambiente cálido y festivo.
Este tipo de iniciativas no solo embellecen el lugar, sino que también ofrecen una pequeña dosis de normalidad y felicidad en un contexto que a menudo puede resultar desolador. En estos días tan especiales, todos intentan vivir la Navidad lo más cerca posible del espíritu que nos une a todos. Y aunque sea entre rejas, aquí también hay lugar para soñar y compartir momentos significativos.

