En Palma, un caso que ha dejado a todos con el corazón en un puño ha dado un giro sorprendente. Un joven, acusado de zarandear a su bebé, vio cómo la justicia decidía archivar el caso. Todo comenzó en diciembre de 2024, cuando la criatura, aún tan pequeña que apenas había cumplido un año, ingresó en la UCI del hospital Son Espases. Fue entonces cuando los médicos levantaron la voz de alarma al descubrir lesiones compatibles con maltrato.
Un relato que desconcierta
La situación se tornó crítica y las autoridades no tardaron en actuar. La Policía Nacional recibió el aviso y pronto detuvieron al padre, quien enfrentó cargos graves por maltrato infantil. Sin embargo, después de casi un año de investigación, la jueza ha decidido sobreseer el asunto. En su escrito señala que «de lo actuado no aparece debidamente justificada la perpetración del delito», dejando entrever una verdad compleja detrás de esta historia.
El padre relató lo sucedido aquella tarde fatídica: él y la madre estaban con el bebé en la habitación cuando ella salió por un momento. Fue entonces cuando el pequeño se agarró a los barrotes de su cuna y sufrió una caída que le provocó una herida en el mentón. Desesperado por ver a su hijo llorar sin consuelo, intentó moverlo para calmarlo, pero eso terminó resultando en más lesiones.
A pesar del doloroso desenlace inicial y las acusaciones que pesaban sobre él, ahora parece haber claridad en medio del tumulto emocional. La magistrada ha valorado las declaraciones tanto del padre como de otros familiares presentes ese día y ha determinado que todo coincide con sus relatos.
Es una historia cargada de sentimientos encontrados; nos hace reflexionar sobre los límites entre lo que podemos entender como accidente y lo que puede ser considerado abuso. Aunque este capítulo haya cerrado para algunos, queda claro que cada familia tiene sus propias batallas internas.

