En el corazón de Mallorca, se encuentra Casa Planas, un archivo que guarda más de tres millones de fotografías, un verdadero tesoro que narra los comienzos del turismo en la isla. Este fondo documental, creado por el fotógrafo Josep Planas i Montanyà, es considerado uno de los más importantes del mundo. Sin embargo, su valía se ve amenazada por la falta de financiación para catalogarlo y hacerlo accesible.
Marina Planas, la nieta del pionero, lidera este esfuerzo titánico. “Hemos conseguido apenas una pequeña parte de fondos gracias al Govern balear”, explica con una mezcla de esperanza y frustración. De las tres millones de imágenes que componen este archivo histórico, sólo 100.000 están en proceso de clasificación.
Un patrimonio olvidado por las instituciones
A pesar del ofrecimiento del ministerio de Cultura para digitalizar esas 100.000 fotografías y ponerlas al alcance del público europeo a través de plataformas como Europeana, hay un gran obstáculo: sin un catálogo completo, no se pueden seleccionar las imágenes más representativas.
“Es una pena que nuestras instituciones no vean el potencial cultural e histórico que tenemos aquí”, lamenta Marina mientras muestra algunas instantáneas emblemáticas que documentan a estrellas de Hollywood disfrutando de la isla o eventos tan significativos como bodas y comuniones que marcaron época.
A medida que avanza su relato sobre cómo estas imágenes reflejan transformaciones sociales y urbanísticas en Mallorca, se hace evidente que cada foto cuenta una historia; desde los días dorados del turismo hasta los pequeños detalles cotidianos capturados por el lente de su abuelo. “Todo esto tiene un valor incalculable”, añade con pasión Marina.
Aunque Casa Planas ha cumplido diez años desde su fundación y ha llevado a cabo proyectos culturales interesantes, la incertidumbre sobre su futuro sigue latente. Con cada día que pasa sin recursos suficientes para catalogar este legado visual, se corre el riesgo de perder irremediablemente parte de nuestra historia colectiva. La pregunta queda en el aire: ¿quién tomará cartas en este asunto antes de que sea demasiado tarde?

