En una noche cualquiera de diciembre, mientras la ciudad dormía, un motorista decidió que era el momento perfecto para poner a prueba su habilidad sobre dos ruedas. A eso de las doce y cinco, este hombre de 39 años y nacionalidad italiana perdió el control de su motocicleta en la calle Llucmajor, en es Molinar. El resultado fue un estrepitoso choque contra una farola que dejó a todos los viandantes boquiabiertos.
La Policía Local de Palma no tardó en llegar al lugar del accidente. Al inspeccionar lo sucedido, quedó claro que el joven estaba conduciendo como si estuviera en una película de acción: acelerando y haciendo ‘caballitos’, hasta que finalmente se estrelló. Como suele pasar, la realidad le golpeó tan fuerte como la farola con su moto. Un testigo del incidente fue quien dio el aviso necesario para que las autoridades pudieran actuar.
Un accidente que podría haberse evitado
A pesar de que el motorista trató de explicar que había perdido el control al cambiar de marcha, la versión del testigo contradijo por completo sus palabras. Este último aseguró haber visto cómo circulaba a gran velocidad y realizando maniobras peligrosas antes del desastre. Con un estruendo, tocó la fachada de una casa antes de chocar frontalmente contra el poste. La escena era desoladora: su moto quedó bloqueando la acera y él mismo sufrió heridas considerables.
Afortunadamente, una ambulancia llegó rápidamente para atenderle mientras los agentes llevaban a cabo las diligencias necesarias. Gracias al valioso testimonio del testigo, nuestro protagonista fue denunciado por conducción negligente. Y así queda otra historia más para recordar; una advertencia clara sobre lo peligroso que puede ser jugar con fuego en nuestras calles.

