El mundo del cine ha perdido a uno de esos rostros que se quedaban grabados en la memoria. Peter Greene, conocido por sus papeles de villano en clásicos como ‘Pulp Fiction’ y ‘La Máscara’, fue hallado sin vida en su apartamento de Nueva York a los 60 años. La noticia nos llega con un sabor amargo, especialmente cuando sabemos que estaba a punto de embarcarse en un nuevo proyecto cinematográfico junto al talentoso Mickey Rourke.
Un viaje lleno de luces y sombras
Nacido en Montclair, Nueva Jersey, en 1965, Greene comenzó su andanza en el mundo de la actuación a los 25 años. Su talento lo llevó rápidamente al estrellato durante los años noventa, donde encontró su lugar interpretando personajes oscuros: criminales despiadados y policías corruptos que lo convirtieron en un referente del cine de esa época. En ‘Pulp Fiction’, encarnó a Zed, ese sádico guardia cuya presencia aún provoca escalofríos; mientras que en ‘La Máscara’, fue Dorian Tyrell, el mafioso que hacía temblar al carismático Jim Carrey.
Gregg Edwards, su representante durante más de una década, compartió su dolor con el New York Post: “Era un gran amigo y tenía un corazón enorme. Sin duda, uno de los grandes actores de nuestra generación”. Pero no todo fue fácil para él; Greene tuvo que luchar contra demonios internos que lo llevaron incluso a intentar acabar con su vida en 1996. Tras ello, buscó ayuda para sus adicciones y continuó trabajando en proyectos independientes y pequeños papeles.
A pesar del trago amargo que supuso su batalla personal contra las drogas y las dificultades vividas desde joven —cuando se escapó de casa a los 15 años—, su legado cinematográfico perdura. Ha trabajado bajo la dirección de grandes como Oliver Stone o Guy Ritchie y participó en más de 40 películas y series.
Ahora nos queda recordar esos momentos icónicos donde hizo del mal un arte sublime. Aunque ya no esté físicamente entre nosotros, personajes como Zed o Dorian seguirán viviendo en nuestra memoria cinematográfica.

