La historia de Quentin Folliot, un joven tenista francés de 26 años, ha dado un giro inesperado que deja a todos boquiabiertos. Suspendido por 20 años debido a su participación en una red de amaño de partidos, este jugador no solo se enfrenta a la sombra del escándalo, sino que también ve cómo su carrera se desmorona ante sus ojos. Según la Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA), Folliot ha sido encontrado culpable de manipular resultados y ofrecer sobornos a otros jugadores para amañar encuentros.
Un castigo ejemplar
Esta sanción comienza a contar desde el 17 de mayo de 2024, lo que significa que no podrá pisar una pista oficial hasta el año 2044. La cosa no acaba ahí; además, ha recibido una multa de 70.000 dólares y debe devolver más de 44.000 dólares en ganancias ilícitas tras haber cometido nada menos que 27 violaciones del Programa de Anticorrupción en el Tenis (TACP).
No es para menos que la ITIA haya decidido tomar cartas en el asunto, ya que Folliot se convirtió en una figura central dentro de esta red criminal. Entre los cargos que enfrenta se encuentran tramar resultados específicos, recibir dinero por no rendir al máximo y destruir pruebas.
A pesar de que algunas acusaciones fueron retiradas durante la investigación, quedó claro que su papel fue clave y su intento por obstruir las pesquisas le costó caro. Es un recordatorio desgarrador sobre cómo algunos están dispuestos a tirar todo por la borda por ambición personal.

