En una mañana que debería haber sido tranquila, la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL) se vio sacudida por un ataque del Ejército israelí. Este miércoles, la misión de paz alzó la voz, denunciando que uno de sus vehículos fue blanco de disparos mientras realizaba su labor en el sur del país. Afortunadamente, no hubo víctimas, pero el incidente refleja la frágil situación en la región.
El ataque ocurrió cerca de la localidad de Sarda, donde soldados israelíes dispararon desde un tanque contra los ‘cascos azules’ que patrullaban la Línea Azul. Los pacificadores no tardaron en solicitar ayuda a través de los canales establecidos para poner fin a esos disparos. La FINUL dejó claro que tanto su equipo como el tanque israelí estaban operando dentro del territorio libanés en ese momento y que Israel ya había sido informado sobre la ubicación y horario de la patrulla.
Violaciones constantes del alto el fuego
Este tipo de agresiones son consideradas serias violaciones de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU. En medio de una situación tan delicada, desde la FINUL hicieron un llamado urgente a las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) para que cesen con este comportamiento agresivo hacia quienes trabajan para restablecer la estabilidad en esa zona convulsa.
No es un hecho aislado; recientemente se han documentado más de 10.000 violaciones del alto el fuego acordado hace poco más de un año entre Israel y Hezbolá. A pesar del compromiso mutuo para retirar tropas del sur libanés, el Ejército israelí ha mantenido cinco puestos allí, algo que ha levantado ampollas entre las autoridades libanesas y los propios miembros del grupo chií.