En un partido que muchos catalogarían de extraño, el Atlético Madrileño logró una victoria crucial ante el Marbella, imponiéndose 0-1 en un encuentro marcado por la lluvia y un ambiente poco habitual. Con el campo más pesado de lo deseado, ambos equipos salieron al Banús Football Center dispuestos a pelear por tres puntos vitales: los locales para continuar su racha positiva y los visitantes para consolidar su liderato.
Un duelo lleno de emociones
Los primeros 45 minutos fueron un reflejo de las fortalezas del Madrileño. Desde el inicio, dominaron el juego con varias llegadas peligrosas, siendo Arnau quien tuvo la oportunidad más clara para abrir el marcador, pero su mano a mano con Manu García se fue desviado. A pesar de que los marbellíes apretaron justo antes del descanso, Esquivel se mostró como un muro en la portería.
Ya en la segunda parte, aunque el ritmo del juego bajó considerablemente, ambos entrenadores decidieron mover sus fichas en busca del gol. Torres hizo cambios clave que revitalizaron al equipo. Jano y Cubo, frescos y ansiosos por hacer daño, empezaron a crear ocasiones. Sin embargo, no lograron batir a Manu García, quien seguía firme bajo palos.
A medida que avanzaba el partido, las oportunidades iban y venían entre los dos equipos. Rayane tuvo una gran ocasión que también se perdió y justo cuando parecía que un empate era inminente, llegó ese momento mágico: ya en tiempo añadido y tras una jugada colectiva bien elaborada, Jano apareció para anotar el gol decisivo. Era el 95′, y no perdonó.
Así es como el Atlético Madrileño sale reforzado de Marbella: con **tres puntos** que les hacen más líderes que nunca. La afición puede estar orgullosa; este equipo va muy en serio.

