El pasado sábado, el Auditorio del Colegio San Cayetano se convirtió en un hervidero de emoción y energía. Más de 600 personas, entre familias, jóvenes y niños, abarrotaron el lugar para vivir la magia de Hakuna Group Music en su segundo concierto en la isla. Las entradas se agotaron semanas antes, lo que habla del fervor que este grupo musical ha despertado en Mallorca.
Acompañados por la presidenta del Govern, Marga Prohens, y la comunidad de los Teatinos, el ambiente era casi festivo. Desde el primer acorde, quedó claro que la gente estaba allí para algo más que escuchar música; estaban allí para alabar a Dios sin complejos. Con temas emblemáticos como ‘Huracán’ o ‘Noche’, junto a canciones más recientes como ‘A ti te alabo’, lograron conectar con una audiencia diversa que va desde los más pequeños hasta los abuelos.
Un fenómeno creciente entre los jóvenes mallorquines
Hakuna no es solo un grupo musical; es un movimiento que nació de manera espontánea entre jóvenes católicos durante la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, allá por 2013. Y hoy vive un auge sin precedentes. Sin vocalistas estrella ni guitarristas icónicos, ellos mismos repiten: «Lo importante no es el artista, es el mensaje». Este mensaje ha logrado llenar espacios impensables para un colectivo religioso.
Apenas unos meses atrás, reunió a 36.000 fieles en el Auditorio Miguel Ríos de Rivas Vaciamadrid, sorprendiendo incluso a aquellos ajenos a la Iglesia. Su llegada a Mallorca coincide con un resurgir del cristianismo entre los jóvenes locales. Varios informes apuntan a una nueva búsqueda de espiritualidad entre estos chicos y chicas que encuentran inspiración en movimientos como Hakuna.
Cada semana, decenas de jóvenes se reúnen en Palma para rezar cantando y compartir su fe. Marta Vidal, coordinadora de Hakuna Mallorca, lo resume bien: «Somos un grupo que quiere vivir la fe en comunidad». Sin duda alguna, este fenómeno está marcando huella y dejando una impronta significativa en las nuevas generaciones mallorquinas.

