El pasado 30 de octubre, la tranquilidad del juzgado de lo Penal número 5 en Palma se vio sacudida por un violento incidente. En medio del juicio, un hombre no pudo contener su rabia y se lanzó sobre el actual novio de su expareja, desatando una lluvia de golpes que dejó a todos boquiabiertos.
Después de más de un mes tras las rejas, este varón ha salido finalmente en libertad bajo fianza, tras abonar 1.500 euros. A partir de ahora, deberá firmar periódicamente en la sede judicial y le han retirado el pasaporte como medida cautelar. ¿Qué habrá pasado por su cabeza para llegar a este punto?
Un juicio que acabó en caos
Los hechos ocurrieron alrededor de las 10:00 horas, justo cuando el acusado debía presentar su defensa por un supuesto delito de quebrantamiento. Mientras tanto, su expareja y el novio estaban listos para declarar. Sin embargo, lo que comenzó como una rutina judicial terminó convirtiéndose en un espectáculo aterrador.
Cuando el novio empezó a hablar, el agresor se abalanzó sobre él con una furia desmedida. Los gritos resonaron por todo el pasillo y los funcionarios no tardaron en salir asustados. La situación escaló rápidamente hasta que cinco policías presentes en otras salas acudieron al rescate. Fue un verdadero caos.
No solo eso; los golpes fueron brutales. El hombre destrozó la calma del lugar y le arrancó incluso un piercing al agredido. Un momento desgarrador que fue capturado por las cámaras de seguridad del juzgado. Tras varios intentos por sujetarlo, finalmente lograron arrestarlo y poner fin a esta locura.
La violencia nunca debería ser la respuesta, pero aquí estamos viendo cómo las tensiones personales pueden llevar a situaciones extremas. La historia queda ahí para reflexionar: ¿hasta dónde puede llegar alguien cuando se siente acorralado? Así acaba este episodio judicial marcado por la rabia y la impotencia.

