Hoy nos despedimos de Martin Parr, un gigante de la fotografía británica que dejó su huella imborrable en el mundo del arte visual. A los 73 años, este maestro del color y la ironía ha perdido la batalla contra un cáncer, que lo acompañó desde 2021. Su legado, lleno de imágenes vibrantes y escenarios cotidianos, resuena especialmente en nuestras costas, donde su mirada crítica y humorística transformó el retrato del turismo.
Una vida dedicada a lo absurdo
Parr no solo fue un fotógrafo; fue un cronista de lo cotidiano, capaz de captar la esencia misma de lugares como Benidorm, esa ciudad alicantina conocida por sus excesos y su encanto kitsch. Enamorándose de ella durante los años 90, pasó más de dos décadas inmortalizando las absurdidades del turismo masivo y el consumo desmedido. Su obra es una invitación a reflexionar sobre nuestra relación con estos fenómenos, presentando una crítica mordaz pero divertida.
En 2021, su obra fue celebrada en el Centre del Carme, donde una retrospectiva recogió algunas de sus series más icónicas entre 1975 y 2019. Las fotografías mostraban fragmentos de una realidad marcada por la superficialidad y el clasismo; visiones que revelan mucho más que simples instantáneas. Con Parr se va no solo un fotógrafo excepcional, sino también un observador agudo del tiempo en que vivimos.

