En un giro inesperado de los acontecimientos, la Policía Nacional ha realizado una operación que ha dejado a más de uno con la boca abierta. En el barrio de La Vileta y en Son Gotleu, se han encontrado dos plantaciones clandestinas de marihuana que han llevado a la detención de un español y un rumano. Estos hombres, ahora bajo el foco de la justicia, estaban al mando del cultivo y vigilaban sus pequeñas ‘fábricas’ de cannabis.
Una investigación que no dejó cabos sueltos
La historia comenzó cuando los agentes del Grupo II de Estupefacientes comenzaron a atar cabos sobre el cultivo ilegal en un domicilio en La Vileta. Allí, la situación era preocupante: 62 plantas sin cogollo, 38 cogolladas y cerca de 400 ramas secas fueron solo algunas de las sorpresas encontradas durante el registro. Además, casi dos kilos de cogollos listos para salir al mercado negro y más de 1.400 euros fueron incautados. El detenido trató de justificar lo injustificable, alegando que todo era para autoconsumo. ¿A quién le engañan?
No pasó mucho tiempo antes que otra intervención tuviera lugar en Son Gotleu. Los mismos agentes encontraron allí una instalación eléctrica improvisada y un total de 145 plantas, además de diversos cogollos listos para ser distribuidos. El dueño del lugar también fue arrestado por estar supuestamente involucrado en este negocio turbio.
Esto nos lleva a reflexionar sobre cómo muchos siguen intentando jugar con fuego en este mundo donde cada vez es más complicado ocultar lo evidente. Las calles necesitan respuestas y acciones contundentes frente a estas situaciones que parecen querer normalizarse entre nosotros.

