En el corazón de Santa Catalina, un grupo de vecinos ha alzado la voz con una pregunta que resuena en las calles: ¿Qué aporta realmente el mercado de la Feixina al comercio local? En medio del bullicio y las luces del Christmas Market, muchos se sienten frustrados. Mientras algunos disfrutan del ambiente festivo, otros ven cómo sus pequeños negocios luchan por mantenerse a flote.
La controversia está servida
El debate no es nuevo, pero este año parece haber alcanzado un punto álgido. Los residentes han comenzado a denunciar daños en uno de los árboles del parque, algo que ha hecho que su indignación crezca aún más. “Es una falta de respeto a nuestro entorno”, afirma uno de los vecinos que prefiere mantener el anonimato. ¿Y qué decir del impacto en el día a día? Algunos comerciantes locales sienten que se les está tirando a la basura lo poco que queda de su clientela habitual debido a este monocultivo turístico.
No se trata solo de un mercado, sino de entender cómo estas iniciativas afectan nuestra comunidad. Es vital reflexionar sobre si realmente estamos favoreciendo a nuestros comercios o simplemente alimentando una rueda que gira sin pensar en lo local. La voz de los habitantes es clara: quieren soluciones, no solo ferias efímeras que deslumbran pero no sostienen.

