En un partido lleno de tensión y emoción, el Mallorca logró amarrar un empate que parecía escaparse entre los dedos. Las expulsiones de Santi Cazorla y Federico Viñas fueron un alivio inesperado para los bermellones, quienes estaban siendo acorralados por un Oviedo que quería a toda costa llevarse los tres puntos.
A lo largo del encuentro, el equipo local se mostró decidido y agresivo, buscando la victoria con una intensidad que dejaba claro su deseo de salir de los puestos peligrosos. Sin embargo, aunque el Oviedo acumuló más jugadores en ataque, las oportunidades claras brillaron por su ausencia. La desesperación se apoderó del ambiente hasta que llegó el momento crucial: un espectacular paradón de Bergström evitó lo que podría haber sido el gol de la jornada cuando Nacho Vidal tuvo una ocasión inmejorable en el minuto 86.
Las rojas que cambiaron el rumbo del partido
Poco después de esa jugada decisiva, se desató la polémica. Muriqi peleaba un balón dividido y, en un cruce desafortunado con Cazorla, este último terminó viendo la roja ante la incredulidad general. La tensión aumentó cuando pocos minutos después otra falta desafortunada dejó a Viñas fuera del juego al entrar con fuerza sobre Asano sin ni siquiera tocar el balón. En ambos casos, el VAR fue llamado para confirmar las decisiones del árbitro Iosu Galech.
A pesar de estas expulsiones, no hubo tiempo para que el Mallorca aprovechara su superioridad numérica. El empate final deja a ambos equipos en una situación complicada; mientras que para los bermellones puede ser un punto valioso en su lucha por evitar caer al abismo del descenso, sigue siendo insuficiente si quieren respirar tranquilos.

