MADRID, 5 de diciembre. En una jornada que debería ser normal, la realidad nos golpea con dureza: un niño ha muerto y varios heridos son el triste saldo de un nuevo ataque del Ejército ruso en la provincia de Dnipropetrovsk, en el sureste de Ucrania. Las autoridades regionales no han tardado en comunicar lo sucedido a través de un mensaje que duele al leer.
En este caso, los distritos afectados han sido Sinelnikove y Nikopol. En Sinelnikove, un niño de apenas doce años fue alcanzado por un dron ruso; su vida se apagó demasiado pronto y sus familiares deben afrontar ahora una pérdida desgarradora. “Queremos enviar nuestras más sinceras condolencias a sus familiares”, dice el comunicado compartido en Facebook.
El horror continúa
Pero no solo eso. En Nikopol, una mujer de 37 años y un hombre de 39 han resultado heridos y están recibiendo atención médica urgente. La situación es crítica y las imágenes hablan por sí solas: incendios y viviendas destruidas, mientras la población vive aterrorizada. “El enemigo sigue atacando a civiles”, denuncia uno de los locales que se encuentra atrapado en esta pesadilla. Se menciona también el uso indiscriminado de artillería y drones que solo buscan sembrar más caos.
Mientras tanto, otros acontecimientos importantes siguen sucediendo alrededor del conflicto; sin embargo, hoy nuestras mentes están con los que sufren directamente esta guerra insensata.

