En Menorca, la preocupación por el bienestar de nuestros mayores se siente en el aire. La realidad es que cada día son más las voces que claman por atención a este colectivo tan vulnerable. Y es que, ¿quién no ha visto a un abuelo paseando solo por las calles, añorando tiempos mejores? Nos toca a todos recordar que ellos son parte fundamental de nuestra historia y cultura.
Una situación crítica que nos interpela
No podemos cerrar los ojos ante una crisis que afecta directamente a nuestras raíces. Los centros de atención para mayores están desbordados y necesitan más manos, más cariño y sobre todo, más compromiso. Mientras tanto, algunos se dedican a debatir sobre proyectos innecesarios en lugar de centrarse en lo verdaderamente importante: cuidar de quienes nos cuidaron.
La comunidad debe unirse para exigir soluciones reales y efectivas. No podemos permitir que el monocultivo turístico tire a la basura nuestro tejido social. Así que pongámonos las pilas y trabajemos juntos para garantizar un futuro mejor para nuestros abuelos. Ellos merecen disfrutar de su vejez con dignidad y amor.

