En un evento que bien podría marcar un antes y un después, los presidentes de República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, y de Ruanda, Paul Kagame, se reunieron este jueves en el Instituto de Paz de Estados Unidos junto a Donald Trump. Allí firmaron un acuerdo que promete poner fin a décadas de derramamiento de sangre. Conocido como los ‘Acuerdos de Washington’, este pacto busca restaurar la paz en una región que ha sufrido lo indecible.
Un pacto histórico para todos
Trump no escatimó en palabras al describir el acuerdo como «histórico», asegurando que es el resultado de meses de trabajo tras bastidores. El presidente estadounidense enfatizó que este documento formaliza lo acordado hace medio año: un alto el fuego permanente, el desarme de fuerzas no estatales y garantías para que los refugiados puedan volver a sus hogares. “Hoy nos comprometemos a terminar con esta violencia eterna”, declaró Trump con firmeza.
A nadie le cabe duda del sufrimiento causado por más de 30 años de conflicto en el este de RDC. “Familias destruidas, vidas perdidas”, lamentaba Trump, recordando los más de diez millones de muertos. Pero ahora parece haber luz al final del túnel; él mismo aseguró que este acuerdo también abre las puertas a una nueva era económica para ambos países.
Tshisekedi mostró su agradecimiento hacia Trump y su administración por involucrarse en estas negociaciones, algo que ni siquiera fue solicitado. Por su parte, Kagame destacó la importancia del compromiso estadounidense ante la oportunidad única para alcanzar la paz.
Las conversaciones comenzaron debido a la escalada del conflicto tras una ofensiva del M23, generando tensiones entre ambos países. La historia está llena de conflictos armados y acusaciones cruzadas; sin embargo, hoy ambas naciones parecen dispuestas a dejar atrás esa oscuridad para construir juntas un futuro mejor.

