En una charla profunda y sincera con Le Monde, Raphael Varane, el exfutbolista del Real Madrid, ha decidido desnudarse emocionalmente. Ha revelado que durante su carrera vivió momentos de verdadera oscuridad, especialmente en sus inicios en el club merengue y tras conquistar el Mundial en 2018. Desde que se retiró en septiembre de 2024, este campeón del mundo ha tomado como bandera la salud mental, convirtiéndola en su causa principal para 2025 a través de su fundación Génération 2018, creada junto a sus compañeros.
Un tema tabú en el deporte
A pesar de que la salud mental está ganando visibilidad, Varane denuncia que sigue siendo un tema tabú dentro del fútbol profesional. «La cultura del alto rendimiento nos empuja a superar límites físicos y tácticos mientras ignoramos lo psicológico», explica con voz firme. Nos enseñan desde jóvenes a mostrar solo fortaleza y esconder nuestras debilidades. Pero él insiste: «Mostrar tu vulnerabilidad no te hace débil; es un paso hacia la solución».
El primer episodio oscuro llegó cuando tenía apenas 18 años. Se siente solo, sin minutos de juego y viendo cómo su sueño se desmoronaba poco a poco. Fuera del campo no quería regresar a casa; simplemente no disfrutaba nada. En ese momento pensó que sufrir en silencio era parte del precio por alcanzar el éxito.
Después de alcanzar la gloria mundial en 2018, llegó otro bajón emocional: «Estás en la cima y luego viene la caída». Curiosamente, fue el parón por la pandemia lo que le permitió parar y procesar todas esas emociones reprimidas. En ese proceso se dio cuenta de que otros también luchaban callados; por ejemplo, su compañero Samuel Umtiti estaba atravesando una depresión similar.
Varane también critica la presión competitiva insoportable que sufren los jugadores hoy día; una carga que afecta tanto al rendimiento como al bienestar mental. Una de las razones por las cuales decidió retirarse internacionalmente con solo 29 años fue el calendario frenético que le dejaba sin tiempo para descansar adecuadamente: «Nueve días después de jugar la final del Mundial ya estaba compitiendo con el Manchester United».
Así es como ve él al fútbol actual: acelerado y exigente hasta el extremo; esto no solo provoca más lesiones sino que también disminuye la calidad del juego: «O juegas al 100%, o pareces un robot».

