El pasado martes, el Pichu Cuéllar se convirtió en una leyenda viva del Real Mallorca. A sus 41 años y 189 días, el guardameta ha logrado hacerse un hueco en la historia del club al ser el jugador más veterano en defender su camiseta. Después de 555 días sin jugar un partido oficial, volvió a sentirse parte del equipo en un emocionante encuentro de Copa del Rey contra el Numancia.
Visiblemente emocionado, Cuéllar compartió sus sentimientos tras el partido: «Siento emoción. Uno recuerda todo lo que ha vivido y trabajado en la sombra, ayudando a los compañeros… El día de hoy es muy especial por la familia y por todos los días que he estado currando en la sombra». Esas palabras no solo reflejan su dedicación, sino también su amor por el deporte y su equipo.
Un nuevo récord y una amistad sincera
Antes de este hito, Pep Lluís Martí tenía el récord con 40 años y 33 días. El Pichu no olvidó mencionar a su amigo: «Este récord es algo anecdótico. Sé que hay un muy buen amigo mío que estará enfadado conmigo y a la vez contento, que es Pep Lluís Martí. Tiene una trayectoria envidiable». Este gesto demuestra que entre rivales puede haber un profundo respeto y camaradería.
En cuanto al partido contra el Numancia, Cuéllar fue una pieza clave para mantener la portería a salvo ante las acometidas del rival. Era evidente que para él regresar era una mezcla de nostalgia y alegría; enfrentarse a un equipo de inferior categoría siempre implica desafíos inesperados. Sin embargo, estaba preparado: «Sabíamos que íbamos a sufrir y que nos lo iban a poner difícil», reconoció tras unos momentos intensos donde los bermellones lucharon con todas sus fuerzas por salir victoriosos.
Aprovechando esta oportunidad gracias a una lesión en Leo Román, Cuéllar asume ahora un rol crucial como tercer guardameta del equipo, reafirmando así su compromiso con cada jugada y cada minuto dentro del campo. Un verdadero ejemplo de perseverancia para todos aquellos que sueñan con dejar huella.

