En un momento en que la crisis de vivienda se siente cada vez más cercana, el Govern ha decidido pisar el acelerador y ha anunciado la construcción de 1.213 nuevos hogares públicos. Esto es, sin duda, una noticia que muchos esperaban con ansias y que podría marcar un antes y un después en la vida de tantas familias que luchan por encontrar un lugar al que llamar hogar.
Mientras tanto, seguimos viendo cómo propiedades como la finca del Fangar vuelven a salir a la venta a precios desorbitados, seis veces más altos que hace 25 años. Esta situación solo nos recuerda lo desconectada que está nuestra realidad del mercado inmobiliario actual.
Un cambio necesario en medio de promesas vacías
Y no podemos olvidar las restricciones sobre los alquileres turísticos en Palma; llevamos ya 18 meses entre anuncios sin avances concretos. Es una pena ver cómo, mientras unos pocos se benefician del monocultivo turístico, otros tienen que renunciar al sueño de tener una casa propia.
A medida que seguimos escuchando historias como las de Clara Ingold o la trágica situación de mujeres víctimas de violencia machista, nos damos cuenta de lo urgente que es actuar. Así pues, esta iniciativa del Govern no solo se trata de ladrillos y cemento; se trata de ofrecer esperanza a quienes han sentido que su futuro estaba tirado a la basura.

