Con solo 20 años, Rafel Arrom Cuenca, un joven nacido en Inca, tiene claro lo que quiere: ser torero. Trabaja limpiando bosques y siente una pasión desbordante por los caballos. Este domingo 7 de diciembre, se presentará en un festival taurino en Muro, donde espera dejar huella y demostrar su valía.
Un camino lleno de retos
Rafel recuerda cómo su afición comenzó frente a la pantalla de Canal Sur. «Desde que vi las primeras novilladas, supe que quería torear», confiesa con emoción. Desde entonces, no ha dejado de entrenar casi cada tarde en la plaza de Palma, acompañado del experimentado novillero Gabriel Pericás. ¿Y qué tipo de torero es? Él mismo se define como «más un torero de valor que artista». A pesar de disfrutar cuando logra ejecutar una verónica o un buen natural, siente que lo más importante es enfrentarse al toro con coraje.
Aunque ha tenido su primera experiencia toreando sin caballos en Inca junto a otros jóvenes talentos mallorquines en 2023, el festival de Muro representa una gran oportunidad para él. «Salí a hombros aquella vez y fue inolvidable», dice con orgullo. Sin embargo, reconoce que el camino no ha sido fácil: «Cuando empiezas nadie te ayuda; todo se mira con lupa». Agradece especialmente a la torera murciana Conchi Ríos por llevarlo a un tentadero en Valencia y apoyarlo incondicionalmente.
El esfuerzo financiero también pesa sobre sus hombros: “He tenido que comprar capotes y muletas; ahora estoy buscando un traje campero para Muro”, explica. Los trajes pueden costar alrededor de quinientos euros y eso sin contar lo demás.
A medida que se acerca la fecha del evento en Muro, Rafel muestra entusiasmo e ilusión: “No sé qué novillo me tocará torear aún, pero es una oportunidad increíble”. Con ganas de triunfar y estar a la altura de sus compañeros, está listo para mostrar su valentía ante el reto.

