MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) – La noticia ha caído como un jarro de agua fría: la Fiscalía de Estados Unidos ha decidido imputar por asesinato en primer grado al hombre que, presuntamente, disparó contra los guardias nacionales este miércoles en Washington D.C. La fiscal Jeanine Pirro no se ha andado con rodeos y ha afirmado a Fox News que «será acusado de asesinato en primer grado y se presentarán muchos más cargos».
La tragedia comenzó cuando Sarah Beckstrom, una joven guardia nacional de apenas 20 años, perdió la vida a causa de esos disparos. En ese instante, el presidente Donald Trump confirmaba la devastadora noticia. El supuesto autor del ataque es Ramanulá Lakanwal, un inmigrante afgano de 29 años que llegó a EE.UU. en 2021 bajo el programa humanitario ‘Aliados Bienvenidos’ tras la retirada estadounidense de Afganistán.
Un contexto desgarrador
Lakanwal había entrado legalmente al país buscando protección tras huir del régimen talibán, pero su historia da un giro inesperado. Su solicitud de asilo fue aprobada durante la administración Trump, lo que añade aún más complejidad al caso. Además, Andrew Wolfe, compañero de Beckstrom y también herido gravemente, “sigue en estado crítico”, según las palabras sinceras y llenas de esperanza de Pirro: “Estamos haciendo todo lo posible para ayudar a su familia y asegurarnos de que tengan todo lo que necesitan en estos momentos difíciles”. Es imposible no sentir una profunda tristeza ante esta situación.

