La situación en el sur de Siria se ha vuelto a teñir de luto. Este viernes, al menos nueve personas han perdido la vida durante una incursión del Ejército de Israel en Beit Jinn, un lugar cercano a Damasco. La noticia ha llegado con fuerza, como un puñetazo en el estómago para quienes siguen este conflicto tan desgarrador. Las tropas israelíes no han dudado en cruzar la frontera y la respuesta ha sido violenta; helicópteros y fuego de artillería han marcado el inicio de una operación militar que deja también heridos entre los civiles, según informes de la televisión estatal siria.
Un escenario caótico y desesperante
Poco después de que comenzaran los enfrentamientos, ya se hablaba de militares israelíes heridos; concretamente, al menos seis soldados fueron alcanzados, tres de ellos en estado grave. Las Fuerzas Armadas israelíes han confirmado que durante esta operación, “los terroristas” abrieron fuego contra sus tropas. En medio del caos, resulta inhumano pensar que hay familias enteras sufriendo por este tipo de situaciones. Y aunque el Ejército asegura que todos los sospechosos han sido detenidos, la realidad es que cada uno de estos ataques deja cicatrices profundas en la población local.

