La natación siempre ha sido mi refugio, pero ahora, gracias a un pequeño gadget, se ha convertido en una experiencia aún más enriquecedora. Hablamos del MP3 acuático, una maravilla tecnológica que descubrí hace poco y que me ha dejado sin palabras. Tras probar los Shokz OpenSwim, tengo que admitir que estoy tan encantado que ya estoy pensando en hacerme con la versión Pro.
Un salto tecnológico impresionante
¿Recuerdas esos días en los que te metías al agua con auriculares normales y era un verdadero suplicio? Con estos dispositivos eso es cosa del pasado. La tecnología de conducción ósea cambia las reglas del juego; olvídate de incomodidades o de preocuparte porque te entre agua en los oídos. Estas joyas envían sonido a través de vibraciones directamente a tu cráneo, dejando tus oídos libres y disfrutando como nunca antes.
He probado varios modelos, pero los Shokz OpenSwim son simplemente espectaculares. Perfectos para quienes pasamos horas nadando, su precio se ajusta bastante bien: ¡solo 134 euros! Y créeme, valen cada céntimo.
Aunque carecen de Bluetooth —lo cual podría parecer un fallo— es más bien una cuestión de física. El Bluetooth no funciona bajo el agua, así que optaron por mantenerlo simple: ¡un MP3 clásico! Con 4 GB para tus canciones o podcasts favoritos y sin cortes ni interrupciones mientras nadas. Cambiar de canción es sencillo gracias a sus botones físicos; así que puedes concentrarte en lo importante: disfrutar del momento.
Si como yo te enganchan estos dispositivos, seguramente querrás saber más sobre la versión Pro. Por un poco más —159 euros— tendrás Bluetooth y hasta 32GB para almacenar música, perfecto si quieres salir a correr o pasear tras tu sesión de piscina. Además, su diseño ligero se adapta perfectamente bajo el gorro o las gafas sin causar molestias.
Y no olvidemos la duración de la batería: hasta 8 horas en el modelo estándar y 9 horas en el Pro; ideal para esos días intensos donde solo quieres sumergirte en tu mundo sonoro durante toda la semana.

