Palma

La pesadilla de Puntiró: vecinos hartos de fiestas en Sunset Boulevard

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En el corazón de Puntiró, una urbanización que debería ser un remanso de paz, la vida ha cambiado radicalmente. Los vecinos están amargados, y no es para menos. A pocos metros se encuentra Villa Sunset Boulevard Lujo, un lugar que se ha convertido en la pesadilla del barrio. «Es insufrible», claman los residentes, cansados de los ruidos y las fiestas interminables que han invadido su tranquilidad. La comunidad, harta de esta situación, ha decidido alzar la voz y trasladar su malestar a las autoridades locales.

Una lucha por recuperar la paz

A lo largo del año, los residentes han visto cómo sus calles se llenan de coches ajenos y ruido desmedido. Las fiestas multitudinarias organizadas en este inmueble turístico no solo perturban el descanso; generan un caos total en el vecindario. ¿Y quién está detrás? Un tal Paco Garrido, conocido por sus polémicas como ‘anfitrión’, aunque la propiedad pertenece a un vecino que parece mirar hacia otro lado a pesar de estar informado sobre lo que ocurre.

«Estamos indignados y frustrados», afirman con firmeza. Este grupo ha recogido firmas e incluso autorizó a su presidente a llevar estas denuncias a instituciones como el Ajuntament de Palma y el Govern Balear. Exigen una inspección exhaustiva y que cesen estas actividades ilegales que han dejado al barrio sintiéndose desprotegido.

A pesar de haber denunciado individualmente sin obtener respuesta, ahora están decididos a hacer presión colectiva. «La casa se alquila con un número de licencia distinto al real», apuntan con preocupación sobre cómo intentan evadir el control legal. Además, saben que hay mucho más: «Tienen licencia para 8 personas, pero hemos llegado a ver 30 o más». Y lo peor es que esas fiestas generan escenas dantescas: borrachos gritando hasta altas horas y acumulación de basura.

La policía local no da abasto ante tantas llamadas alertando sobre estos incidentes; los vecinos sienten que sus avisos caen en saco roto. Pero ellos tienen pruebas contundentes: “Esta vivienda se usa sistemáticamente para eventos masivos sin permisos”, advierten al tiempo que describen situaciones incómodas como coches veloces atravesando las tranquilas calles residenciales o gente orinando en público.

Puntiró merece mejor suerte; es hora de devolverles su hogar y poner fin a esta locura. Los vecinos esperan ansiosos respuestas concretas por parte de las autoridades competentes antes de caer en la desesperación total.

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