En un giro judicial que nadie esperaba, un tribunal ruso ha decidido este jueves imponer cadena perpetua a ocho personas involucradas en un atentado con bomba que sacudió el puente de Kerch en octubre de 2022. Esta estructura no es solo una carretera; conecta la península de Crimea, anexada por Moscú en 2014, con la región rusa de Krasnodar. En este ataque perdieron la vida cinco personas y los daños fueron devastadores.
Un ataque que dejó huella
Desde Rostov del Don, los jueces han declarado culpables a estos hombres por «perpetrar un ataque terrorista» y «tráfico ilegal de explosivos». La Fiscalía no se anduvo con rodeos al pedirles la máxima pena posible. Todo esto, mientras el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) se atribuía la responsabilidad del atentado como parte de su lucha contra la invasión rusa que comenzó en febrero del mismo año.
El puente no es cualquier cosa; fue inaugurado en 2018 con gran pompa y ceremonias donde estuvo presente Vladimir Putin, quien lo veía como un símbolo del control ruso sobre Crimea. Sin embargo, esta infraestructura ha sido blanco recurrente para las fuerzas ucranianas debido a su importancia estratégica para el suministro militar ruso. ¿Acaso estamos ante un ciclo sin fin donde las vidas humanas quedan tiradas a la basura por decisiones políticas? Solo el tiempo dirá cómo evolucionará este conflicto que parece no tener fin.

