Todo comenzó hace unos años, en 2018, cuando una auditoría de seguridad puso el foco en un problema evidente: el balcón que se convertiría en la puerta de entrada para los ladrones del Museo del Louvre. Este informe, que ahora ha salido a la luz gracias al diario Le Monde, señalaba con claridad que este punto era vulnerable y hasta sugería la posibilidad de usar un montacargas para acceder al interior.
Un aviso ignorado
El documento fue elaborado por expertos en seguridad de Van Cleef & Arpels, quienes identificaron ese balcón como uno de los mayores puntos débiles del museo, situado justo enfrente del río Sena. Sin embargo, a pesar de las advertencias, la justicia aún no había tenido acceso a este informe crucial. ¿Cómo es posible que se dejara pasar algo tan serio?
Aunque el contexto era alarmante debido al aumento de robos en París, especialmente en zonas turísticas como esta, la dirección del museo parecía restar importancia al asunto. En particular, Jean-Luc Martinez recibió otro informe sobre riesgos un año antes pero lo desestimó por ser demasiado general y alarmista.
A raíz del robo ocurrido el 19 de octubre —en el que desaparecieron ocho joyas valiosísimas— hemos visto cómo las cosas han cambiado rápidamente. La nueva dirección del museo ha iniciado una revisión exhaustiva y ha solicitado todos los documentos relacionados con la Galería de Apolo. Eso sí, todo esto parece haber llegado demasiado tarde.
Poco después de estas revelaciones, se conocieron cuatro nuevas detenciones relacionadas con el robo; entre ellos dos hombres y dos mujeres arrestados en París. Mientras tanto, queda claro que uno de estos detenidos es parte fundamental del grupo que ejecutó esta operación relámpago en solo siete minutos.

