Juliana Oliveira, conocida en el mundo digital como Juju do Pix, ha vivido un verdadero calvario por culpa de una decisión desafortunada. En 2017, esta joven brasileña decidió someterse a un procedimiento estético clandestino en Rio Grande do Sul, buscando feminizar su rostro con inyecciones de silicona. Sin embargo, lo que recibió fue una mezcla peligrosa: 21 jeringas de aceite mineral, todo sin su consentimiento.
Un camino lleno de obstáculos
El resultado fue devastador; su cara sufrió deformaciones irreversibles que no solo afectaron su apariencia, sino también su salud mental y emocional. En medio del caos y la desesperación, Juliana se encontró sin trabajo y con pocas opciones. A través de sus redes sociales, comenzó a compartir su historia, convirtiéndose en voz para muchas mujeres transexuales que se ven obligadas a recurrir a prácticas arriesgadas debido al escaso apoyo que reciben.
A pesar del sufrimiento y la adversidad, nunca perdió el sentido del humor ni el cariño que le brindaba su comunidad online. Gracias al apoyo de sus seguidores y algunas apariciones en televisión, logró recaudar cerca de 3.700 dólares, lo que le permitió dar el primer paso hacia la recuperación.
El pasado 20 de junio se sometió a una primera cirugía en el Hospital Indianópolis de São Paulo. El cirujano Thiago Marra llevó a cabo la operación sin costo alguno para ella. «Fue un proceso complicado», admitió el especialista tras cuatro largas horas bajo el bisturí. Pero finalmente dio inicio a la esperada reconstrucción: «Podremos ir vaciando más zonas poco a poco; no podemos hacerlo todo junto porque podría sufrir necrosis».
Juliana sigue en tratamiento mientras sueña con recuperar la imagen que una vez tuvo y dejar atrás el doloroso capítulo que ha marcado su vida. Su historia es un recordatorio potente sobre los peligros ocultos detrás del deseo por encajar y las decisiones apresuradas en busca de aceptación.

